A medida que los discípulos crecen, son llamados a comenzar a servir a los demás con mayor eficacia. Algunos se convierten en líderes de otros en ese proceso. En el Reino de Dios, el liderazgo se logra sirviendo a los demás. Los mejores líderes son los mejores servidores. Estamos llamados a ayudar a los discípulos a convertirse en verdaderos líderes servidores en todos los ámbitos de su vida.

Dos verdades sobre el liderazgo

Antes de recorrer seis pasos que pueden ayudarnos a formar algunos discípulos para que sean líderes, debemos enfatizar dos verdades muy importantes sobre el liderazgo.

1. Lo primero ya lo hemos dicho: liderazgo es servidumbre. El liderazgo no se trata de dar órdenes a los demás o de disfrutar la sensación de poder. Los líderes existen para servir a los demás (Lucas 22:25-27).

2. La segunda verdad sobre el liderazgo es que el liderazgo se trata de acción, no de posición o títulos. A los líderes realmente no les importa cómo los llamen los demás. Simplemente toman las acciones que Dios les ha guiado a tomar.

Si las personas buscan el liderazgo por orgullo o para impresionar a los demás, aún no son lo suficientemente maduros para ser líderes. Debemos volver al paso del discipulado y preguntarle a Dios cómo podemos ayudarlos a crecer en humildad y servicio. Puede ser tentador convertir a las personas en líderes demasiado pronto.

Por otro lado, también puede ser tentador no llamar nunca a las personas al liderazgo. Podemos pensar que simplemente se supone que debemos hacer todo nosotros mismos. Es posible que nos estemos aferrando a nuestra propia plataforma de liderazgo y nos resulte difícil ceder esa plataforma a otro.

O podemos pensar que debemos esperar hasta que las personas estén perfectamente maduras. Las personas no tienen que ser perfectas para ser líderes, simplemente necesitan ser lo suficientemente abiertas y humildes para dejar que Dios las use.

IRTDMN: un proceso de multiplicación de liderazgo

IRTDMN es una serie de cartas que proporciona una forma memorable de pensar sobre nuestro proceso de desarrollo de líderes. Cada letra representa un paso vital en el proceso de ayudar a un discípulo a convertirse en líder de otros, y luego convertirse en desarrollador de otros líderes.

I – El primer paso del desarrollo del liderazgo es identificar un líder.

¿Cómo identificamos a un líder? El primer paso es orar y pedirle a Dios que nos muestre quiénes somos para desarrollarnos como líderes. ¿Qué te dice tu corazón? ¿En quién sientes que está la mano de Dios para mostrar a otros lo que significa ser un discípulo?

La segunda es simplemente observar a la gente. ¿Quién parece ser influyente? ¿Quién está dispuesto a tomar la iniciativa? ¡Intenta poner un juego de mesa en una mesa en medio de un evento social para ver quién comienza el juego! O puede notar que una persona siempre llega temprano y se queda hasta tarde, o hace más preguntas con más hambre que cualquier otra persona del grupo. Esa persona podría ser un líder en ciernes.

Al observar a los seguidores de Jesús en su esfera de relaciones, busque los rasgos de humildad, servicio, fidelidad, disponibilidad y capacidad de enseñanza. Estas son las marcas de un líder listo para volar.

R – El segundo paso es reclutar al líder.

Debemos desarrollar una idea de lo que nos gustaría que hiciera la persona y luego pedirle que lo haga. A veces no tenemos lo suficientemente claro qué es lo que queremos que alguien haga. Pueden confundirse acerca de lo que se les pide que hagan y pueden dejar de liderar. La claridad puede ayudar a una persona a mantenerse en el proceso de crecimiento que es el liderazgo.

Puede encontrar a una persona un poco reticente a asumir un rol de liderazgo. Anímalos con el hecho de que crees en ellos, que son amados por Dios y que están llamados a usar sus dones para servir a los demás. No los presione para que se conviertan en líderes, pero no tenga miedo de alentarlos a que se arriesguen y lideren.

T – El tercer paso es entrenarlos.

Esto puede o no involucrar una clase o algún plan de estudios, pero incluso si lo hace, esa no es la parte principal de la capacitación. La parte principal del entrenamiento es lo que llamamos el “bucle de discipulado”.

El ciclo del discipulado tiene cuatro partes. Primero, lideramos mientras el nuevo líder observa. En segundo lugar, guían mientras observamos. En tercer lugar, lideran por su cuenta y los controlamos para preguntarles cómo les está yendo. Cuarto, reclutan a alguien para que haga esa tarea de liderazgo y comienzan el proceso de capacitación. Para cuando se complete el circuito de discipulado, tanto usted como el líder que entrenó ahora están entrenando a otros. Ahí es donde comienza la multiplicación.

D – El cuarto paso es desplegar el líder.

Que vayan a liderar. Esto implica riesgo por parte del nuevo líder y de la persona que lo está desarrollando. Está bien si las cosas no salen a la perfección. Todos los líderes toman tiempo para crecer.

Una parte realmente importante de este paso es superar el miedo a que las personas cometan errores. Los errores son una de las formas más subestimadas de crecimiento espiritual. Si los nuevos líderes cometen errores, anímelos a intentarlo de nuevo. Por lo general, les irá bien la segunda vez.

M – El quinto paso es importante: monitoreamos al nuevo líder.

Esto no significa flotar sobre ellos o controlarlos. Significa que no los abandonamos simplemente; tenemos alguna forma de controlarlos para ver cómo les va.

Una forma de hacer esto es simplemente preguntarles cómo va su tarea de liderazgo. Otra forma de monitorear es preguntar a las personas que están liderando cómo creen que va el esfuerzo y cómo creen que lo está haciendo el líder. A veces obtendremos información más honesta de esta manera.

N – El paso final del desarrollo del liderazgo es la crianza.

El Reino de Dios se trata de comunidad y relación, no de llaneros solitarios. Todos necesitamos personas en nuestras vidas que nos hagan responsables y que nos alienten cuando estamos desanimados.

El paso de la crianza es como hacer un cambio de aceite. Puede ignorar la necesidad de un cambio de aceite por un tiempo, y las cosas pueden parecer estar bien con su automóvil. Pero ignórelo por mucho tiempo, y las cosas se romperán. Es lo mismo con los líderes. Pueden estar sin nutrición por un tiempo, pero si nunca la reciben, se cansarán y se quemarán.

Evangelizar, discipular y desarrollar líderes – entonces hazlo otra vez.

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