Cada fin de semana, vimos personas respondiendo al Espíritu Santo, asumiendo riesgos al compartir palabras proféticas y orando por sanidad. Vimos a Dios tocar a personas que luchaban con dolor de espalda crónico y artritis. Varias personas nuevas en nuestra iglesia expresaron lo agradecidos que estaban de ser parte de una iglesia que realmente cree y espera que Dios aparezca en sus vidas, no solo "pasando notas por debajo de la puerta", como dijo Jay. También pensé que era extremadamente útil, en un sentido muy práctico, para ayudar a nuestra familia de la iglesia local a sentirse más conectada con el gran movimiento Vineyard. Hablamos mucho acerca de ser parte de algo más grande que nosotros mismos y estar conectados con Vineyard más grande con nuestros líderes y desde el escenario, pero saber que Vineyards de todo el país estaban participando al mismo tiempo y que nuestra familia de la iglesia local los viera y escuchar a Jay en el video del fin de semana de Pentecostés, creo que será fundamental para ayudar a fortalecer esa conexión aún más adelante.