¿Quién es el Espíritu Santo?
En muchas iglesias se escuchan mensajes acerca de Dios como Padre y de Dios como Hijo. Pero, ¿qué tan a menudo se escuchan mensajes acerca de Dios en la Persona del Espíritu Santo? La verdad es que el Espíritu Santo bien puede ser la Persona menos conocida de lo que la iglesia a lo largo de la historia ha llamado la Trinidad – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo.
La historia de La Viña ha sido dirigida por la realidad de que Dios desea ansiosamente que nosotros experimentemos su presencia. La presencia de Dios se expresa a través del Espíritu de Dios, y experimentar la presencia de Dios es lo que nos empodera para hacer el trabajo que Jesús nos ha llamado a hacer en el mundo.
Reconociendo a la Persona del Espíritu
Estamos comprometidos con ser funcionalmente Trinitarios en todas las actividades de nuestras iglesias, reconociendo que la presencia del Espíritu Santo entre nosotros lo es todo para la iglesia que Jesús está edificando. Al reconocer la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas y comunidades, se aviva nuestro deseo de ser monedas en el bolsillo de Dios (John Wimber) – gente dispuesta a ser usada por el Señor y guiada por el Espíritu a todo acto de servicio al reino que El desee.
De acuerdo con la historia de la iglesia, el Espíritu Santo es Dios, y como tal, moldea nuestras vidas al habitar Dios en nosotros, por su Espíritu, por medio de la obra de Cristo (Colosenses 1:27). En la Biblia se utilizan muchos nombres para referirse al Espíritu Santo, incluyendo Consolador (Juan 14:16, 26), y Espíritu de Dios (Génesis 1:2).
El Espíritu nos ha sido dado como un depósito que garantiza las promesas de Dios (2 Corintios 5:5), para darnos seguridad de la presencia de Cristo en nosotros (1 Juan 4:13), para hablar a través de nosotros (1 Corintios 12:18), para guiarnos en nuestro entendimiento de los dones que Dios nos ha dado (1 Corintios 2:12), para empoderarnos de manera que podamos impactar a los no creyentes (Marcos 1:1), y para darnos descanso (Isaías 63:14).
Jesús y el Espíritu
Jesús ministró por el poder del Espíritu de Dios: Un día, mientras enseñaba, estaban sentados allí algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para sanar a los enfermos(Lucas 5:17).
El Espíritu también empoderó a Pablo y a los otros discípulos para hacer las obras de Jesús, y tocó a quienes ellos ministraron:
“Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros. Entonces recordé lo que había dicho el Señor: ‘Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.’ Por tanto, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros al creer en el Señor Jesucristo, ¿quién soy yo para pretender estorbar a Dios?” (Hechos 11:15-17).
En La Viña creemos que de igual modo el Espíritu Santo reparte dones entre nosotros, su Iglesia, hoy en día. Estos dones de sanidad, profecía, hablar en lenguas, milagros, y muchos otros dones nos capacitan para experimentar la presencia de Dios de manera personal y colectiva. Estos dones nos capacitan para ministrar al mundo que nos rodea con el poder de Dios.
Un extracto de Ven Espíritu Santo, De la Serie Características, p.5