El Gobierno de Dios Irrumpe en Nuestro Mundo
Por medio de la vida y el ministerio de Jesús, el mundo futuro de Dios – y todo su sistema de valores – irrumpió en nuestra experiencia humana. En términos teológicos, esto se conoce como escatología inaugurada. En palabras sencillas, esto significa que Jesús inauguró (marcó el inicio de) los dones del perfecto mundo futuro de Dios (la escatología trata con el tema del “fin” del mundo).
El reino futuro de Dios, en el que la sanidad, la justicia y el amor gobernarán por la eternidad, estaba irrumpiendo en el tiempo presente a través del ministerio de Jesús. En Jesús, la humanidad estaba experimentando la presencia del futuro de Dios (George Ladd).
El reino de Dios – el gobierno y dominio de Dios – estaba siendo establecido en vidas y corazones a medida que Jesús no sólo proclamaba las buenas noticias del plan de Dios para destruir las obras de Satanás (1 Juan 3:8), sino que también demostraba las buenas noticias al sanar a los enfermos, echar fuera demonios, ofrecer un perdón radical, mostrar compasión, y liberar a los oprimidos. Cada acto de sanidad física, cada acto de perdón, cada acción para aliviar la pobreza, es un anticipo del reino de Dios que ha de venir. El reino de Dios irrumpió en nuestro mundo, está irrumpiendo en el mundo, y un día se establecerá plenamente en el mundo.
Dos Formas de Hablar Acerca del Reino
Cuando Jesús hablaba sobre el reino de Dios, lo hacía de dos formas distintas. Para Jesús, el reino de Dios parecía ser tanto ya como todavía no. En otras palabras, el reino era algo que estaba invadiendo la tierra a través de su ministerio en el presente. Pero también hablaba del reino futuro, cuando la maldad dejará de ser, todo será bueno otra vez, y Él reinará para siempre.
En la Viña a esto le llamamos “vivir entre los tiempos.” Como seres humanos, vivimos en la tensión entre el reino que se acerca a nosotros ahora, y el reino que será plenamente revelado en el fin de los tiempos.
El Reino Ahora
¿Qué significa que el reino de Dios venga “ahora”? Dondequiera que Jesús enseñaba, señales y milagros le seguían. Jesús resucitó niños. Sanó a los leprosos. Hizo caminar a los cojos y dio vista a los ciegos. Alimentó a multitudes milagrosamente con sólo un poco de comida. Mostró misericordia y bondad a las prostitutas. Reprendió a los líderes religiosos por su arrogancia y su falta de compasión. Trató a los pobres con dignidad, como portadores de la imagen misma de Dios (Génesis 1:26-27). Trató a las mujeres con la misma dignidad que a los hombres. Mostró compasión a los mendigos, ladrones y bebedores. La mano de Dios estaba tocando al mundo por medio de Jesús, y Dios estaba confirmando a Cristo como su regente real a través de señales, maravillas y milagros (Hebreos 2:2b-4). Jesús era una revolución viviente y dinámica – transformaba corazones dondequiera que iba.
Jesús Inició un Aprendizaje del Reino
Pero no terminó ahí. Jesús comisionó a sus discípulos para hacer las mismas cosas que Él había estado haciendo. Ellos iban a proclamar, predicar y demostrar el gobierno y el dominio de Dios. Trabajando a través de su obediencia, el Espíritu Santo extendió el reino a las vidas de las personas. ¡Jesús nunca pretendió que los milagros acabaran con su partida! Este humilde grupo de pescadores, cobradores de impuestos y laicos judíos participó con Jesús en la revelación del reino.
Cada milagro, cada acto de justicia y compasión, apuntaba hacia el futuro, al día cuando Dios restaurará su orden perfecto en el mundo. La “presencia del futuro” verdaderamente estaba sobre ellos – el reino de Dios se había acercado, y los discípulos estaban participando en su gran proyecto de restauración. En la Viña creemos que Dios actúa en sanidad, poder y liberación hoy en día. También creemos que el aprendizaje del reino iniciado por Jesús nunca termina – y es una invitación abierta a cada seguidor de Cristo.
Un extracto de ¿Qué es el Reino?, De la Serie Características, p.11