Una Breve Historia De La Oración, “Ven, Espíritu Santo”

[VERSION CORTA]

En el libro de Juan 20:22, Jesús sopló sobre los discípulos y dijo: “Reciban el Espíritu Santo”.

Desde los primeros días de la Iglesia hasta hoy, en todas las diferentes formas en que podemos decirlo, cantarlo o rezarlo, la Iglesia ha estado diciendo “¡Ven, Espíritu Santo! –¡Llena tu Iglesia de poder!”


[VERSIÓN LARGA]

Durante miles de años, los cristianos han estado invitando al Espíritu Santo – a que venga y se derrame dentro de nosotros, a que se mueva dentro de nosotros, que manifieste la presencia de Dios en nosotros y que intervenga a través de nosotros con poder en el mundo.

“Ven, Espíritu Santo” es una oración que se ha rezado desde la antigüedad, en muchas variaciones y formas, como una oración de bienvenida que se mantiene firme en el corazón de la Iglesia de Jesucristo.

Cuando nos presentamos al mundo como personas del Evangelio, como Pablo, queremos llegar con un Evangelio lleno de poder en lugar de uno lleno de palabras (1 Cor. 4:20). Cada generación ha encontrado formas de rezar esta oración.

Estos son solo algunos ejemplos:

Desde la antigüedad hasta hoy, las iglesias protestantes de todo el mundo, así como la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica, todas regularmente rezan esta oración de alguna manera o de alguna forma.

En la Viña, cuando oramos “Ven, Espíritu Santo”, estamos invitando a Dios con el corazón abierto a manifestar Su Presencia, a hacer lo que Él quiere hacer en nuestras congregaciones y comunidades, y a elevar nuestro corazón con la expectativa del Reino.

Se dice que la oración “Ven, Espíritu Santo” es la más esencial de la Iglesia. Por lo tanto, juntos con toda la Iglesia de Dios, oramos “¡Ven, Espíritu Santo!” por el bien del Evangelio, por nuestras vidas y las vidas de aquellos a quienes tocamos, y por la vida del mundo entero.