“Años atrás, poco después del nacimiento de nuestro primer hijo, me pidieron (Michelle) que compartiera mi testimonio en la iglesia un domingo por la mañana. Estaba muy nerviosa por tener que hablar en público, pero a la vez estaba muy emocionada por la oportunidad de compartir cómo Jesús había transformado mi vida.
Pasé mucho tiempo preparando todo lo que iba a decir y dándole forma de acuerdo a las Escrituras. Hablé en la primera de nuestras dos celebraciones, y sentí que había salido bien. Luego vendría una sorpresa.
Nuestro pastor principal, Don Williams, se me acercó durante la adoración en nuestra segunda celebración y me pidió que profundizara en lo que había dicho, y que tomara todo el tiempo designado para el sermón.
Cuando me puse de pie para hablar, Don dijo: ´No voy a predicar esta mañana. ¡Michelle Wilson va a predicar!´ Me sorprendió escucharlo usar esas palabras, pero me di cuenta de que Don estaba en lo correcto – lo que yo había preparado era un sermón, y lo que estaba haciendo era predicar.
Algo que siempre nos ha gustado acerca de la Viña es la idea de que ‘¡todos pueden jugar!’ En la Viña estamos convencidos de que cada seguidor de Jesús ha recibido dones del Espíritu Santo que tienen el propósito de ser usados para edificar el Cuerpo de Cristo. También estamos comprometidos con la práctica de empoderar a cada persona para que descubra y use sus propios dones.
Para mí (Jamie), mis primeros pasos en el ministerio también fueron sorpresivos. Tenía sólo un año y medio de estar sobrio, y recién había concluido mis estudios universitarios, cuando Don me pidió que asumiera el liderazgo de The Branch Ministry, el ministerio de alcance de la iglesia a los pobres y desamparados.
Yo había estado ayudando en este ministerio una vez por semana y tenía un sentido creciente de mi llamado a servir a Jesús, pero nunca esperé entrar en el ministerio a tiempo completo a los 22 años de edad. No tenía experiencia en el liderazgo, y todavía estaba tratando de entender qué significaba seguir a Jesús.
Sin embargo, Dios me había estado mostrando su corazón para las personas desamparadas. Don reconoció este llamado y los dones que Dios me había dado, y me dio un lugar en el campo de juego.
Una de las razones por las que estamos en la Viña hoy en día es porque un pastor reconoció los dones que el Espíritu Santo estaba poniendo en nuestras vidas y nos motivó a asumir el riesgo de usar y desarrollar esos dones. Hemos crecido en nuestra fe en la comunidad Viña, y hemos conocido a un sinnúmero de personas, algunos en el ministerio a tiempo completo y otros que dedican parte de su tiempo a servir en distintos ministerios, que tienen historias similares a la nuestra, de haber sido motivados para usar sus dones y haber recibido un lugar en el equipo.
Hemos tratado de conservar esta tradición como pastores de nuestra propia iglesia. ¡Anhelamos ver una nueva generación de hombres y mujeres de todo trasfondo étnico, y de todas las edades, usando sus dones para servir a Jesús y bendecir al mundo!”
Un extracto de ¿Qué es La Viña?, De la Serie Características, p.21